septiembre 22, 2010

EL INFIERNO

Dirección: Luis Estrada
Reparto: Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Elizabeth Cervantes, Daniel Giménez Cacho, Jorge Zárate y otros.
Guión: Luis Estrada y Jaime Sampietro 
Duración: 145 min.
Bandidos Films
Tragicomedia
México, 2010

Los ya tan desgastados festejos del bicentenario, tienen como origen que se cumplen ya 200 años en que México inició su independencia de España para depender de Estados Unidos. La situación actual del país, precaria de por sí, se ha vuelto insostenible. La migración hacia el norte sufre además su peor momento ante las restricciones rigurosas y hasta discriminatorias, no solo de Estados Unidos hacia los mexicanos, sino también de México a quienes lo utilizan como puente, para alcanzar el que fuera en alguna ocasión el sueño americano que hoy día se convirtió en una pesadilla.
La delincuencia, el narcotráfico, el asalto al ciudadano común, la zozobra, el miedo, el pánico, el terror, los autos-bombas, las ejecuciones y todos esos elementos que hacen insostenible el Estado de Derecho, se han vuelto parte de la vida cotidiana de las personas que salen de sus casas sin saber si regresarán. Eso es más alarmante aun. Considerar que solo queda como opción formar parte de uno de los bandos, ya sea de los buenos o malos, en una guerra sinrazón que no nos pertenece, es ser partícipe de una masacre a una nación que tiene a muchos mexicanos que aunque quieran, no pueden tener una mejor situación.
Pero más alarmante es la declaración de quien preside un país en riesgo de colapsar y convertirse en Estado fallido, respecto de la película El Infierno: “yo no veo películas que hablen mal de México”. Una película es ficticia, pero al final solo refleja una realidad. Es la realidad la que no habla bien de nuestro país. Los actores que mueren en la película, al terminar sus escenas se ponen de pie y se van a bañar para irse a sus casas. Los muertos de la famosa y fársica “guerra contra el narcotráfico” no. Los velorios de ellos no son falsos ni las lágrimas de sus dolientes se consiguen con métodos de actuación. Es dolor puro. Es rabia e impotencia contra los que dichas muertes solo son parte de una estadística que dicen, vamos ganando.
Al final El Infierno, como diría el “Cochiloco” (Joaquín Cosío), es este y no otro lugar. El camino de México quizá sea el mismo que el de San Miguel Arcángel, donde pudo morir el Beny (Damián Alcázar), pero siempre hay alguien detrás esperando su turno. Quedan a la perfección las palabras que el famoso narcotráficante Ismael “Mayo” Zambada da como profecía a Julio Scherer para la revista Proceso: “Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.” Después de esto, ¿hay algo en México, qué celebrar?

enero 03, 2010

DOUCHES FROIDES (Duchas Frías)

Dirección: Anthony Cordier
Reparto: Johan Libereau, Salomé Stevennin,

Pierre Perrier, Florence Thomassin,
Jean-Philippe Ecoffey, Aurélien Recoing
Guión: Antony Cordier

Música original: Nicolas Lemercier
Idioma Original: Francés
Duración: 1 Hr. 42 minutos
Francia, 2005
Anthony Cordier nos muestra que un rodaje, es un poco una caja de resonancia, donde las emociones terminan por tomar proporciones inauditas. Se desarrollan amistades que no alcanzamos a comprender las proporciones que pueden llegar a tomar, hasta que las duchas frías nos muestran una vida que se desea larga y rica. No es la precisión de la crónica lo que nos seduce, sino la predisposición simbólica que sobrepasa, por mucho, la única posesión de los adolescentes. Ello nos recuerda que en el fondo, es como permanecer derecho cuando te caen piedras en la cabeza. La impresionante Douches Froides, es extraordinariamente interpretada.
Sobre un tema tal vez sombrío, explorando la humillación de un desfavorizado en la lucha amorosa, el documentalista Antony Cordier evita todos los clichés. Los tres jóvenes comediantes llevan en ellos una bella fuerza vital. Douches froides no cuenta la historia de un joven que se siente mal al llegar a la edad adulta, pero la de un adolescente en plena forma, psicológicamente estable, del cual su destino lo volcará en algunas semanas. La realización es púdica y los actores asombrosos, con una mención especial para los tres adolescentes. Para su primer película, Anthony Cordier esta lejos de los problemas que le están por venir. Antony Cordier arregla una segunda vez la herencia autobiográfica, y lo hace de una manera extraordinaria.
La primera película de Anthony Cordier nos enseña la gran sensibilidad para dibujar un retrato de un joven judoka, compartido entre su entrenamiento deportivo y sus problemas personales. Salomé Stévenin nos revela una bella naturaleza de actriz al lado de Johan Libéreau. Todo el suspenso existencial de la película esta al fondo anunciado por una exposición, en la clase de inglés, la sensualidad de Vanessa: una explicación de texto de Meet The Monster, canción de la roquera PJ Harvey.
Si esta película tiene el efecto de una cachetada estimulante, es a la vez por su joven actor Johan Libéreau. Antony Cordier, capta esta fuerza bruta con una fe intacta y que adopta para hacer un acercamiento actual, así como radicalmente materialista. Con una gran precisión y sensualidad, el fuego abrasa los cuerpos que se transforman, que sean estos, individuales, de los personajes, o los colectivos, temporalmente formados por todo tipo de reuniones físicas.
Primera película con un elenco sin errores, Douches Froides re-hace el juego de amor a tres y nos revela los mecanismos sociales del erotismo. Anthony Cordier tiene el don raro de erotizar todo: la lucha de clases, el judo, la crisis, un gel de ducha. Es una película abundante y efervescente, en forma de ducha escocesa la cual más que fría, nos enseña que podemos encontrar a todos estos monstruos justo antes de terminar la escuela. Esperamos con ansia lo que sigue.