Dirección: Anthony Cordier
Reparto: Johan Libereau, Salomé Stevennin,
Reparto: Johan Libereau, Salomé Stevennin,
Pierre Perrier, Florence Thomassin,
Jean-Philippe Ecoffey, Aurélien Recoing
Guión: Antony Cordier
Música original: Nicolas Lemercier
Idioma Original: Francés
Guión: Antony Cordier
Música original: Nicolas Lemercier
Idioma Original: Francés
Duración: 1 Hr. 42 minutos
Francia, 2005
Anthony Cordier nos muestra que un rodaje, es un poco una caja de resonancia, donde las emociones terminan por tomar proporciones inauditas. Se desarrollan amistades que no alcanzamos a comprender las proporciones que pueden llegar a tomar, hasta que las duchas frías nos muestran una vida que se desea larga y rica. No es la precisión de la crónica lo que nos seduce, sino la predisposición simbólica que sobrepasa, por mucho, la única posesión de los adolescentes. Ello nos recuerda que en el fondo, es como permanecer derecho cuando te caen piedras en la cabeza. La impresionante Douches Froides, es extraordinariamente interpretada.
Sobre un tema tal vez sombrío, explorando la humillación de un desfavorizado en la lucha amorosa, el documentalista Antony Cordier evita todos los clichés. Los tres jóvenes comediantes llevan en ellos una bella fuerza vital. Douches froides no cuenta la historia de un joven que se siente mal al llegar a la edad adulta, pero la de un adolescente en plena forma, psicológicamente estable, del cual su destino lo volcará en algunas semanas. La realización es púdica y los actores asombrosos, con una mención especial para los tres adolescentes. Para su primer película, Anthony Cordier esta lejos de los problemas que le están por venir. Antony Cordier arregla una segunda vez la herencia autobiográfica, y lo hace de una manera extraordinaria.
La primera película de Anthony Cordier nos enseña la gran sensibilidad para dibujar un retrato de un joven judoka, compartido entre su entrenamiento deportivo y sus problemas personales. Salomé Stévenin nos revela una bella naturaleza de actriz al lado de Johan Libéreau. Todo el suspenso existencial de la película esta al fondo anunciado por una exposición, en la clase de inglés, la sensualidad de Vanessa: una explicación de texto de Meet The Monster, canción de la roquera PJ Harvey.
Si esta película tiene el efecto de una cachetada estimulante, es a la vez por su joven actor Johan Libéreau. Antony Cordier, capta esta fuerza bruta con una fe intacta y que adopta para hacer un acercamiento actual, así como radicalmente materialista. Con una gran precisión y sensualidad, el fuego abrasa los cuerpos que se transforman, que sean estos, individuales, de los personajes, o los colectivos, temporalmente formados por todo tipo de reuniones físicas.
Primera película con un elenco sin errores, Douches Froides re-hace el juego de amor a tres y nos revela los mecanismos sociales del erotismo. Anthony Cordier tiene el don raro de erotizar todo: la lucha de clases, el judo, la crisis, un gel de ducha. Es una película abundante y efervescente, en forma de ducha escocesa la cual más que fría, nos enseña que podemos encontrar a todos estos monstruos justo antes de terminar la escuela. Esperamos con ansia lo que sigue.