enero 31, 2008

LA NOCHE DE LOS ASESINOS. José Triana.

José Triana.
Dirección: Guillermo Navarro
Teatro Arlequín
Sábados 13:00 pm

Un actor vale,
si se prepara todos los días para morir en un escenario
...

Tres hermanos, deciden jugar a matar a sus padres; tres jóvenes-niños que desean salir del laberinto que los sumerge en la oscuridad; tres hermanos que arriesgan sus vidas, para jugar con la muerte...
La Noche de los Asesinos, a través de sus personajes, cuestiona la educación y la herencia, que les da el carácter a los protagonistas Lalo, Beba y Cuca. Tres hermanos inmersos en sus preguntas, perdidos en un laberinto del cual, quizás, nunca logren salir.
El asesinato es tan solo la idea de cortar con el cordón umbilical, es la manera para intentar escapar para vivir. Es el odio que les provoca la madre y el padre los resentimientos, la flagelación por la mentira que los padres viven, por el amor inexistente y el odio mutuo que como veneno los corroe y los infecta.
La noche de los asesinos, nos duele a través de un texto que nos confronta. Un texto escrito por José Triana, que pretende tocar nuestros lados más íntimos y vergonzosos de la familia y nuestra educación.
Tres hermanos (Lalo, Beba, Cuca) que juegan en el desván de su casa a matar a sus padres (esto es un símbolo) comenzando por la planeación, los hechos que solo se consuman en la imaginación de sus protagonistas que aterra pero que solo queda ahí como ejercicio de psicoanálisis para ayudarlos a transgredir y comprender la problemática en la cual se encuentran atrapados. Es su momento de reflexión activa.
El supuesto enjuiciamiento a Lalo que sus hermanas le realizan desencadena un cúmulo de fantasmas, de verdades insondables, que Lalo guarda para aterrarlas.
Todo esto ocurre en un cuarto oscuro que como símbolo podría ser la imaginación de estos personajes, ellos aquí invocan con este ritual el deseo de escapar, y el deseo de vivir.
La Noche..., obra sórdida y compleja, trasmite claramente los sentimientos que muchas de las veces los jóvenes desean gritar a los cuatro vientos. Y sin embargo, siempre hay una mezcla de gozo y de dolor en cada texto. Un poema solamente es cuando el autor sabe que ha entregado una parte de miedo, una parte de júbilo y una parte secreta, misteriosa, que él mismo no puede nombrar. Toda obra es una exploración interior. Cada obra es una aventura, exige un espacio, es única. Cada obra es un riesgo y se debe asimilarlo, pues cada una tiene su momento, su instante, su forma...Porque hay que luchar contra la vanidad, contra la mediocridad, contra los fantasmas, y solamente se consigue con una enorme paciencia y humildad que se debe entregar en cada palabra. Porque hay que salvar a los jóvenes de nosotros mismos y de todo cuanto les rodea, es urgente que tengan presente el contenido de este montaje; para evitar que el día de mañana, intenten cumplir el sueño de Lalo y digan a sus conocidos refiriéndose a sus padres, “yo los maté...”

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